Trastornos del Lenguaje, ¿por qué son importantes, y qué podemos hacer como padres?

El desarrollo del lenguaje es uno de los procesos más importantes en el desarrollo durante la primera infancia, que nos permite expresar sentimientos, deseos o pensamientos, a la vez que nos ayuda a comprender los propósitos y mensajes de los demás, siendo el instrumento fundamental en el proceso de la socialización. Así pues, el lenguaje es el principal medio para la comunicación humana y se realiza a través de un sistema funcional complejo, en el que se emplean símbolos específicos, principalmente verbales y orales.
Padecer dificultades y alteraciones en esta área puede llevar a los niños que las sufren a otros problemas asociados. Las dificultades del lenguaje pueden ocasionar un fuerte impacto emocional y disminuyen el adecuado desarrollo social de los niños y niñas que las padecen. Mas adelante, las secuelas suelen aparecer en sus procesos de aprendizaje y rendimiento académico, especialmente cuando éste tiene que ver con la adquisición y consolidación de la lectura y la escritura.
Los trastornos del lenguaje se pueden definir como una anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito, y que afecta a diferentes componentes. En este trastorno resalta la peculiaridad de que la alteración lingüística se da en un contexto de desarrollo y de inteligencia no-verbal dentro de los parámetros de la normalidad, y sin que otras condiciones neurológicas, motoras, anatómicas y sensoriales expliquen estas dificultades específicas que algunos niños y niñas manifiestan.
A pesar de ser de los trastornos del desarrollo más frecuentes en la infancia, con una prevalencia entorno al 7%, las dificultades tempranas del lenguaje se expresan con una enorme variabilidad de manifestaciones que conforman el lenguaje en cada uno de los niños, con afectaciones desiguales y que pueden variar de manera significativa a lo largo de la vida.
¿Pero, como podemos detectar como padres si existen dificultades, y cuáles son las señales de alarma que nos ayudan a averiguar si pueden nuestros hijos sufrir alteraciones o trastornos en el lenguaje? A continuación os enumeramos por etapas algunos de los signos que nos tienen que poner en alerta para la detección de retraso o trastorno del lenguaje:
0-3 meses: No da respuesta refleja ante un sonido y no se tranquiliza con la voz de la madre.
3-6 meses: No vocaliza, tiene una sonrisa pobre y no juega con sus vocalizaciones.
6-9 meses: No vocaliza para llamar la atención, no juega imitando gestos de canciones, no dice “adiós” con la mano.
9-12 meses: No hay balbuceo, no comprende palabras familiares.
12-18 meses: Tiene un vocabulario menor de 3 palabras, no dice “mamá” o “papá” con contenido semántico o no comprende órdenes sencillas.
18-24 meses: No presta atención al habla del adulto, no comprende ordenes sencillas si no se acompañan de gestos indicativos, no hace frases de 1 palabra a los 18 meses, ni de 2 a los 24 meses, no usa palabras sencillas.
2 años: Dice menos de 10 palabras, no utiliza el lenguaje con fines comunicativos, no realiza frases de 2 palabras, tartamudea y no se entiende bien lo qué nos dice.
3 años: Dice menos de 100 palabras, no hace uso de frases, presenta un habla inteligible, no pronuncia bien, no hay lenguaje convencional y no contesta a preguntas sencillas.
4 años: Habla poco o nada, deja de hablar, tartamudea, no pronuncia bien, se muestra incapaz de contar un cuento, no sabe explicar lo qué le pasa.
5 años: Persisten dificultades en la articulación, hay errores en la estructura de las frases, dificultades para responder al qué, dónde, cuándo o quién, dificultades en tareas de atención sostenida (como escuchar cuentos).
6 años: Deja de hablar, no se le entiende, no pronuncia bien. Dificultad en el uso de adjetivos, de las reglas pasivas en las oraciones o en el uso de conjunciones.
En el caso de que detectáramos en nuestros hijos alguna de estas señales, en primera instancia, resulta imprescindible llevarlo a un especialista que pueda realizar la identificación precoz de si hay o no retraso en la adquisición de dichas habilidades lingüísticas con el fin de proporcionar una respuesta terapéutico-educativa con la mayor eficacia y eficiencia posible des de las edades más tempranas.
Y por si puede resultar de ayuda, aquí os dejamos con algunas recomendaciones que pueden ser útiles a la hora de estimular des de las edades más tempranas el desarrollo del lenguaje de nuestros pequeños.
Imitar la risa de nuestros hijos y sus expresiones faciales.
Mantener el contacto visual con ellos; hablarles usando diferentes tonos de voz.
Hablarles sobre lo que se está haciendo como a dónde van o qué harán cuando lleguen.
Utilizar gestos para ayudar a expresar el significado.
Usar un lenguaje claro y sencillo para que lo pueda imitar.
Repetirles lo que puedan decir para indicarles que lo hemos entendido. Formular y ampliar lo que puedan ir diciendo, por ejemplo: “¿Quieres zumo? Aquí hay zumo, tenemos de manzana y de naranja, ¿Quieres el de manzana?
Ayudarlos a contar objetos e identificar colores que aparecen en los dibujos de un libro.
Realizar preguntas que requieran una elección: ¿Quieres una manzana o una naranja? ¿Quieres ponerte la camiseta roja o la azul?
Nombrar las diferentes partes de cuerpo e ir diciendo qué se hace con ellas: Esta es mi nariz, con mi nariz puedo oler flores, pasteles, palomitas…
Cantar canciones sencillas para mostrar el ritmo y los patrones del habla.
Para cualquier duda o información adicional, no dudéis en poneros en contacto con nosotros!
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